La compra la hizo el gobierno de Macri en el marco de supuestas necesidades defensivas para el G20, cuya cumbre fue el 30 de noviembre de 2018. Pero los Super Etendard llegaron en mayo de 2019. Lo más grave: había informes de que los repuestos eran muy difíciles o imposibles de conseguir. Por ejemplo, los asientos eyectables -vida o muerte del piloto- son de fabricación británica, por lo tanto su venta a la Argentina está vetada. También compraron misiles suecos para el G-20 que están llegado cuatro años más tarde, en 2022.
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