«Tardó meses en contárselo a su madre". Cambió sus hábitos de vida; además, sangraba por el ano; su madre le había contado que a ella le había pasado lo mismo cuando era pequeña y ella no quería que sufriera. Ha tenido intentos de autolisis, recibiendo asistencia psicológica y psiquiátrica a raíz de los hechos; se ha visto afectada, alteradas sus relaciones interpersonales; le sigue doliendo todavía mucho el ano», destaca la sentencia. En el juicio, el delincuente dijo que las relaciones sexuales fueron consentidas y que no hubo agresión.
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