Biografía de Bob Dog, el primer fumador profesional en puertas de negocios

En 1946 nace Bob Dog en una familia humilde del extrarradio de Palencia. Su madre trabaja cómo teleoperadora para Marlboro llamando a clientes de otras compañías para que se cambien a su tabacalera y su padre cómo liador de puros cubanos falsificados.

En 1951 asiste a la escuela, donde aprende a masticar con la boca cerrada y las obras completas de Miguel de Unamuno. Con sus compañeros de clase y observando a los profesores tiene su primer contacto con el mundo del tabaco fuera de su hogar, en todas las clases los profesores están fumando y los alumnos disfrutando de su olor. Para cuando acaba la EGB, lo que solo era una afición para él, fumar tabaco con los amigos y liar algún cigarrillo suelto se había convertido en una obsesión. 

En 1966 se gradúa con los máximos honores en la universidad Rey Juan Carlos I, con su trabajo de final de grado “El análisis de la conducta de los transeúntes al observar a un fumador en la puerta de un establecimiento”. Atrajo el interés de sus profesores, pero sus compañeros lo veían cómo un simple soñador por creer que si alguien fumaba en la puerta de un local atraería clientes. Fue el TFG más elaborado que se ha presentado en ADE en toda la historia de la universidad.

Desde 1967 a 1975 estuvo trabajando en el estanco de su pueblo y familiarizándose con todas las marcas de tabacos, desde Dromedario hasta Winston Churchill. Allí probó el tabaco de mascar, con el que hacia unas pompas inmensas y esa habilidad le ayudo a ganar algunos premios comarcales. En su tiempo libre observaba que el análisis de su tesis se cumplía en la mayoría de los establecimientos, a más gente fumando en la entrada más lucrativo era el establecimiento.

En 1972 se casa con Celia Puerro, su querida esposa que conoció cuando visitó al fabricante de filtros de una tabacalera, ella era quien pintaba a mano cada filtro de su característico color amarillo. Se enamoraron al instante y celebraron su luna de miel en Cuba, visitando una selva de plantas silvestres de tabaco, algunas alcanzaban 500 puros habaneros de altura.

En 1976, con el dinero ahorrado de su trabajo y de los numerosos premios de los concursos de pompas de tabaco de mascar, dio inicio el negocio de sus sueños. Fue negocio por negocio presentando los datos que había obtenido durante años observando a los fumadores y los clientes de establecimientos, al principio la mayoría de los negocios lo rechazaban porque ya tenían gente que lo hiciera de forma gratis. Bob Dog ofrecía unas condiciones mucho mejores que las que podían dar la gente que fumaba en la puerta por casualidad. Tenía un plan trazado en el que sabía que tipo de marca de tabaco y tipo era mejor para cada establecimiento, cada olor y cantidad de cigarros por hora era diferente para cada sector y con esos datos podía hacer que un negocio despegara o fracasase. 

Su primer cliente fue el Bar Paco de al lado de su casa que lo contrato por pena. Bob se ponía en la puerta fumando durante 5 minutos cada hora un cigarro de marca Fortuna con un 5% de menta y conseguía que el local se llenase. Su fama traspasó las fronteras de Palencia en pocos meses y al poco tiempo ya tenía una empresa solo dedicada a colocar fumadores profesionales en puertas de negocios.

En 1980, con su empresa NEGOCIOS PUROS S.L. ya dominaban la mayoría de los locales de España, tenía a más de 50000 trabajadores solamente fumando en puertas de negocios de todos los sectores, además de los contables, trasportistas y catadores de cigarros. El negocio iba tan bien que las grandes tabacaleras patrocinaban a los fumadores, la mayoría iban con la ropa de la empresa que iban a fumarse ese día.

Durante los años 90, Bob Dog intento innovar con los olores y mezclas de los cigarros y puros, compro mercancías en los países del norte de África y en la India. Creía que con esa nueva mezcla podría atender a la cantidad ingente de nuevos negocios que estaban saliendo con la nueva burbuja tecnológica, en especial las tiendas de recreativos y los videoclubs. Cómo todos sabemos, ese fue el final de su vida cómo empresario, cayó en la ruina y la empresa quebró dejando a miles de trabajadores en la estacada teniendo que pedir cigarrillos por la calle vestidos con la ropa promocional de las tabacaleras.

En sus últimos años de vida estuvo malviviendo cómo fumador semiprofesional en el Bar Paco, donde le dieron su primera oportunidad laboral, aunque esta vez lo regentaba Jose, el hijo de Paco. 

En el año 2003 murió en la puerta del Bar Paco mientras trabajaba atrayendo clientes. Del cielo cayó un rayo fulminante y acabo con su vida.