(Sin spoilers) Crítica de ‘The Batman’ (2022)

Matt Reeves logra hacer otro reboot innecesario y embolsarse unos cuantos millones con The Batman, una mirada tenebrosa y antes nunca vista del caballero nigger.

Con The Batman, nueva reinvención del mítico personaje, es inevitable hacerse la siguiente pregunta: ¿está justificada su existencia? Pues sí y no. Es, a su vez, una gran película, por su duración de más de 4 lustros y medio y un producto incomprensible, porque va cambiando de idioma cada 30 minutos de metraje, de manera que o eres un poliglota o no te enteras de los diálogos entre las sombras.

Después de una preproducción complicada marcada por la salida de Ben Affleck del proyecto debido a la insistencia del mismo para que Batman fuera con un traje de Hello Kitty. The Batman busca seguir los pasos del Joker (Paco “el risas”). En este caso, es complicado hacer una película que se ha hecho año tras años desde los últimos 45 años. Nunca se ha pensado contar lo que pasa después de la primera película, es una incógnita para todos, es mejor repetir una y otra vez la misma historia con diferentes actores, así los viejos se quejan y a los jóvenes aprenden que pueden matar a tus padres en cualquier momento. No obstante, Reeves se las ingenia para abordar la figura del caballero de la noche desde una perspectiva diferente, muchos planos están grabados desde un zepelín por lo que parece que vemos las imágenes con vista de pájaro metálico.

Batman/Bruce Wayne es muchas cosas: filántropo, blanco, enmascarado, cishetero, antihéroe, humano sin poderes, pero sobre todo no es comunista. Nolan buscó hacer hincapié en el alma de social justice warrior en su infumable trilogía, mientras que Reeves ha decidido explorar la vertiente más detectivesca del personaje, por eso lo vemos en muchos planos con una lupa gigante y una capa cómo Colombo. Uno de los secretos que se desvela en The Batman es que Bruce es analfabeto porque sus padres no pudieron llevarle al colegio por estar muertos, por eso no puede hacer el papeleo de detective.

La estética bajonera de sus calles, la opresora noche que inunda las calles de oscuridad debido a la falta de presupuesto para las farolas, la decadencia palpable en todos sus rincones, se recomienda no tocarlos porque aparte de decadente es pegajosa… Es una Gotham diferente a todo aquello que hemos visto antes. En The Dark Knight vimos algo más parecido a Murcia que a Gotham, y en The Batman vemos realmente a la ciudad sacada del cómic, una ciudad en 2D. Para ello, Reeves se ha rodeado de un equipo de primer nivel que crea una atmósfera acorde a esta ambiciosa idea. La fotografía de Greig Fraser (nominado al Oscar por Papa Piquillo) y la banda sonora de Shakira son sencillamente espectaculares.

Si ya hemos tratado el papel de Reeves, genio detrás del mundo de The Batman, toca hablar del protagonista masculino. Robert Pattinson es uno de esos actores que todo el mundo le recuerda por ser el vampiro de The Big Bang Theory, ha pasado de vampiro a hombre murciélago, pronto podrá hacer de un humano de verdad, quizás su siguiente papel sea de elfo en Harry Potter. 

A diferencia de los perfiles de Keaton, Bale o Affleck, estamos ante un Batman más joven e inexperto que aún no se sabe las calles de Gothan y tiene que consultar el GPS para saber donde están sus enemigos. No vemos ni su origen ni tampoco momentos cálidos con Alfred como sí veíamos entre Bale y Caine, Alfred no se digna a darle una taza de té caliente a Bruce, es la parte con más emoción e intriga del segundo acto. Es, en sí misma, una historia de orígenes, pero no una del paso entre ser un don nadie y un superhéroe, sino de cómo se convierte en un detective, recorre todo el proceso. Empieza cuando matan a sus padres y le entran ganas de encontrar al asesino hasta que se apunta a la academia de detectives de Gothan y se saca la FP con un notable alto, solo obtiene un suficiente en puntería balística (por eso no usa armas).

En The Batman podemos encontrar ideas de Campamento Flipy, el estilo de Flipy, una reinvención del Batman hiperrealista de Nolan y una vuelta de tuerca más al concepto «multimillonario aburrido». Esta noche iré a ver la película, espero que se parezca bastante a lo que he expuesto aquí, porque me han pagado una pasta por estas palabras que a nadie le importan.

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