Soy Stephen King y nunca leo lo que escribo porque me acojona

Soy Stephen King conocido mundialmente por mis textos sobre personajes sobrenaturales y fantasmagóricos reconozco que escribo y escribo, pero nunca lee lo que he escrito. Me acojona leer esos libros, algunos van de payasos y muertos, menudo cagué.

Para ser sinceros una vez leí una de mis obras, el clásico The Shawshank Redemption (Cadena perpetua). Me lo tomé como un reto personal para mi carrera, leía en el porche dándome la luz del sol en los ojos, para intentar espantar el miedo de mi interior. Cuando llegué a la parte que salía un negro me entro cagalera y no pude seguir leyendo, cerré el libro y me fui a llorar a la cama con mi osito Buba.

Sé que la mayoría de mis fans no lo son por mis libros porque escribo unos mamotretos de cuidado, tochacos infumables los llama mi mujer. La mayoría me conoce por mis películas de terror, dicen que son muy buenas, pero yo no veo nada en lo que salga mi nombre en los créditos, esas películas me producen pesadillas y no puedo dormir en semanas. Solo vendo los derechos del libro para ganar más dinero y así poder escribir más textos que nunca voy a leer. Vivo atrapado en una rueda de hámster.

Cuando veo una valla publicitaria de mi película me llevo un susto, que no me lo quita nadie. Casi muero en un par de accidentes de tráfico por no ver la maldita valla. Conducir con los ojos cerrados no es una buena idea.

El sueño de muchos prometedores escritores es llegar algún día a las cotas de ventas y éxitos que he alcanzado, pero yo odio mi trabajo y me gustaría trabajar en otro ámbito, pero únicamente sé escribir. Odio escribir, pero es lo único que sé hacer, me da miedo siquiera comprobar si he cometido alguna falta de ortografía porque al leerme me puedo asustar, y echar a perder la mañana de trabajo, me arriesgo y envió los libros sin corregir.

Desde pequeño me gustaba ver trabajar a los albañiles en las obras o los soldadores en las fábricas, intente un par de veces hacer algo parecido, pero la lie parda y lo deje. Solo se me da bien escribir libros de terror de éxito. ¡Qué desdichado soy!, ojalá mis padres me hubieran apuntado al taller de fontanería en vez de al de escritura.

Estoy trabajando en un nuevo libro que trata sobre todos los miedos actuales del ser humano, el libro es tan terrorífico que lo estoy teniendo que escribir con los ojos cerrados. Estoy escribiendo una obra que acojona tanto que haré que todo el mundo sienta lo mismo que yo, así podre dejar de escribir y dedicarme a otra cosa. Sabré si causa terror cuando salga la película, ya que nadie lee mis tochacos.