En 1915 Einstein se hallaba en una Berlín devastada, mientras que su exmujer, Mileva, y sus dos hijos, Hans Albert y Eduard “Tete”, vivían a salvo en Viena. El 4 de noviembre de ese mismo año, cuando ya había escrito la teoría general de la relatividad que lo catapultaría a la gloria científica, Einstein le mandó a su hijo de once años la siguiente carta.
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