Cultura y divulgación
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Cuando oficialmente me convertí en un joven pensionista y discapacitado (Mi batalla contra la ELA)

En mitad de las intensas emociones que supone estar diagnosticado con la ELA, hay un apartado más prosaico pero que necesita ser atendido con la misma importancia. Son los diversos papeleos y trámites. Ahora que están ultimados la mayoría de ellos, me apetece contar cómo he vivido este cúmulo de formularios, esperas, notificaciones oficiales y demás deberes y derechos ciudadanos con los que contamos.

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