Cultura y divulgación
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El hombre que cultiva palabras en el desierto

El trabajo que Édgar hace es equiparable al de un toro que entra al ruedo creyendo que va a matar a su rival. En el caso de Édgar, el torero es una cosa muy grande que se llama Estado. Estado que hiere al toro antes de la pelea. A esta ciudad fronteriza el gobierno le inyecta apenas 5 pesos per cápita al año a todos los aspectos culturales. Édgar, cansado, llega para morir en el intento de hacer que la gente lea. Y el espectáculo grandilocuente de su esfuerzo es una cosa digna de aplaudir de pie desde las gradas.

| etiquetas: méxico , ciudad juárez , poesía , hoja de ruta , lectura , desierto

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