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El mágico mundo de Cornelius Drebbel, el inventor del primer submarino en 1621
El rey Jacobo I de Inglaterra y miles de sus súbditos acudieron a la ribera del río Támesis en Londres en 1621 para ver lo que parecía un milagro. El bote tenía remos que salían de huecos sellados con cuero a los lados y el techo estaba completamente cerrado. Ante la mirada de la multitud, el bote se hundió bajo la superficie del río. Y se quedó ahí. Durante tres horas. Aristócratas y plebeyos pensaron que los remeros se habían ahogado hacía rato pero para su asombro cuando el bote reapareció, la tripulación estaba sana y salva.
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