Cultura y divulgación
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Ni república ni monarquía parlamentaria

Permítanme la generalización: no me gustan los políticos. No me gustan nada. En general no me gustan las profesiones para cuyo ejercicio no es necesario reunir mérito, conocimiento o talento alguno, como la de periodista, cobrador de peaje o pintor en Die Brücke, pero en el caso de los políticos existe además un componente subjetivo, su inmanente talante arribista, que intensifica la prevención tornándola en fobia. El pecado original de la política es el resultadismo. Ganar, ganar, ganar y volver a ganar.

| etiquetas: república , monarquía

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