La culpa es de los artistas, que las pintan en cueros. Varios hombres intentaron ligar con un óleo del siglo XIX que representa a una mujer desnuda después de tomar un baño. “Ey, preciosa, llámame. Te paso mi número de WhatsApp”, escribía sin un atisbo de ironía (el teléfono venía a continuación) uno de los pretendientes de la protagonista de ‘Tras el baño’, del pintor francés William-Adolphe Bouguereau (1825-1905).

No para de quejarse de la sociedad en Facebook pero no hace nada por ayudar en sus ratos libres.

Se trata de una tendencia que ha surgido en diferentes grupos de Facebook, bautizados con el nombre de "terapia de la orina". Hay variaciones, pues hay individuos que se beben este desecho y hay otros que se lavan los pies con éste.
Los seguidores de esta tendencia creen que hacer esto con su propia orina no solo les curará de todo tipo de enfermedades, sino también que les dará más energía, detalla 'The Sun'.
La página de inicio de la "terapia de orina" ya cuenta con 4.981 miembros.

Un movimiento propone instaurar una monarquía constitucional parlamentaria que garantice la separación de poderes y ejerza como "árbitro" de la gestión del Gobierno: el antídoto para acabar con la "decadencia institucional". "Somos un grupo de personas que consideramos que la monarquía constitucional parlamentaria es el sistema eficiente en el mundo. (...) El 90 % de las repúblicas son dictaduras, porque si yo junto Gobierno y Estado en una sola persona, esa es la característica de los dictadores", recalca Carosini, que pone a Dinamarca, Japón, Noruega, Suecia o…

Entre cientos de fotos y publicaciones en las que trataba de despistar a la policía -al día siguiente publicó un mensaje en el que preguntaba dónde estaba Gargol-. Era algo difícil de ver, al borde de la foto pero que la vinculaba de forma clara con la escena del crimen: el mismo cinturón que había aparecido a pocos metros del cuerpo.