¡No me llames mutilada! [ENG]

La gravedad de mi historia, obviamente, no es cuestión de risa. Haber sido violada, tener los propios derechos humanos arrebatados, ser herida por personas destinadas a amarte y protegerte no es una broma. Sentirse avergonzada de su experiencia, odiarse a una misma por su cuerpo no es una broma. Pero cada día hay una niña, una mujer, que tiene sus derechos humanos violados por la acción del corte genital femenino también conocido como mutilación genital femenina, o lo que he denominado como Alteración Forzada del Cuerpo - un evento o empresa que altera el cuerpo de una persona sin su consentimiento.

Algunos pueden decir que al elegir no usar el término original de mutilación genital femenina estoy rebajando la gravedad de una práctica bárbara y socavando una campaña de 30 años para erradicarla. El término "mutilación genital femenina" fue acuñado por la fundadora de la Red Internacional de Mujeres y la feminista Fran Hosken en El Informe Hosken: Mutilación Genital y Sexual de las Mujeres (1979). En el momento en que el término "mutilación" fue rechazado y criticado como crítico y racista con la mujer africana, incluso los profesionales médicos desaprobaron.

En mi opinión, la palabra "mutilación" utilizada en referencia a la MGF es un término degradante y desproporcionado que despoja a las mujeres de su dignidad y valor propio. Básicamente, es una etiqueta que tiene el poder de influir negativamente sobre la identidad de una misma. Si entiende la teoría del etiquetado, entenderá lo perjudicial / influyente puede ser un término o clasificación para un individuo. Es una vergüenza que basado en el uso de esta terminología un movimiento que fue creado para erradicar una práctica ha discriminado potencialmente y ha aislado a más gente de la que pensaba originalmente.