La historia que cuenta Carlos Toledo, un chapista de 31 años, mete miedo. El 7 de septiembre de 2006, su cuñada lo denunció en la seccional 18ª por el presunto abuso sexual de su propia hija, de 14 años. Desde entonces, Toledo pasó 78 días detenido hasta que la Jueza de Instrucción 6, Raquel Cosgaya, le dictó la falta de mérito y dispuso su libertad.