Notícia notícia: Enamorado de la tauromaquia, ayer, Gaspar Llamazares (Gasparzuelo de la escabechina) rondó lo sublime de la fiesta nacional. Una, dos y hasta seis veces, tantas como los farrucos astados de lidia, enamorados de la luna pero de indiscutible casta, se fueron muriendo por la enfermedad natural del estoque de un diestro de izquierda, unida, para más inri. Mató de lo lindo, sin despeinarse y sin despeinar a las reses, con “profunda raigambre cultural”. Merecida ovación y puerta grande abierta de par en par.