El Gobierno se resiste con todas sus fuerzas a descartar la vía del diálogo con los terroristas, y eso a pesar de las voces discrepantes en su seno tras el brutal atentado de Barajas que costó la vida de dos personas. Zapatero sigue empeñado en que su "ansia infinita de paz" no se vea enturbiada por dos cadáveres. Quiere acabar con ETA a golpe de palabra, y eso pese a los dos muertos de Barajas y a las constantes críticas internas, sea de los compañeros de partido como Rosa Díez o José Bono, sea de las plumas afines, como Carlos Carnicero.