Al aproximarnos al final del primer quinquenio del tercer milenio es obligado hacer un pequeño balance. En un comentario del milenio anterior, observaba ya que, en los últimos tiempos, se han alcanzado avances tecnológicos que representan auténticos pasos atrás. La comunicación en profundidad entró en crisis a finales de los años 70, cuando la televisión todavía nos sometía a una fruición pasiva y emitía sonidos capaces de molestar al vecindario. El primer paso hacia una comunicación ligera se dio con la invención del mando a distancia. Con él, el espectador podía subir o bajar el volumen y hacer zapping, entrando así en una fase de libertad creativa, llamada la fase de los Blob. La liberación de la televisión llegó con el vídeo, con el que se evolucionaba hacia el cine.