A partir de los 40, las mujeres somos invisibles. Si no tienes la melena de Jennifer Aniston, las piernas de Kylie Minogue o las tetas de Halle Berry, no hay nada que hacer. Eso no significa que nos resignemos, aunque sabemos de sobra que eso de que los 30 son los nuevos 40 es una enorme estupidez. A partir de la cuarentena, comienza la cuesta abajo: todo se cae, las arrugas hacen su aparición y una noche de juerga te puede costar tres días de recuperación.