La filosofía de Volkswagen es diferente de la de otras compañías automotrices. El año pasado obtuvo 14.000 millones de dólares de beneficio con 550.000 empleados (casi tantos como General Motors, Ford y Fiat-Chrysler juntas). Su modelo de producción se basa en producir componentes "en casa" y no en externalizar sus recursos, así como en una férrea integración vertical de su estructura, justo lo contrario de lo que recomienda la ortodoxia organizativa empresarial.