"Ni en las atroces dictaduras lingüísticas balcánicas se encuentran ejemplos tan brutales. Ahora comprenderán que vivir en el Basurero Andaluz es mejor. Te tumba la toxicidad del hedor, la tipología del familiarismo, enfermedad superior de la socialdemocracia. La bipolaridad te extenúa porque te encuentras caras conocidas, y creyendo estar trastornado, percibes después que era el hijo, la hija, el hermano (tantas y tantas variedades de las familias socialistas".