La Academia de Hollywood acuñó una frase para anunciar al merecedor del Oscar. El conductor abría el sobre lacrado, claro, leía, hacía una pausa que lo convertía en el único conocedor del secreto durante una fracción de segundo y, con voz emocionada, anunciaba: "And the winner is...". Pero pronto se percataron de que esa frase dejaba como perdedores a todos los que no habían ganado el premio así que se cambió a "and the Oscar goes to...", que era el ganador y los otros, que aunque no los implicara, no habían ganado.