Bernat Soria es, en términos científicos, una estafa moral. En términos coloquiales, un trepa compulsivo. En términos ideológicos, un radical del pilla-pilla presupuestario. Lo siento por los diabéticos pero no serán curados por él, pueden por esa vía perder toda esperanza. Al dolor que padecen, añade Bernat Soria un proceso de corrupción colectivo, porque les convierte en arietes contra los embriones, que ninguna responsabilidad tienen en la cara dura del personaje.