Recientemente la revista Africa Geographic publicó el trabajo de la artista Vannesa Bristow, quien capto con el lente de su cámara a un niño, oriundo de Zimbahue, con ojos muy semejantes a los zafiros. Aunque la principio para muchos el trabajo de Bristow era un abuso del Photoshop, lo cierto es que fue la misma fotógrafa quien salió a despejar las dudas, asegurando que el atractivo e inusual color de ojos del pequeño era verdadero. “A todos ustedes, incrédulos que desconfían de la originalidad de la fotografía: no es Photoshop”