Euskadi va bien. Mejor aún va muy bien. Éste es, al menos, el mensaje implícito que lanzó ayer la vicelehendakari, Idoia Zenarruzabeitia, al repasar la radiografía de la economía vasca durante el pasado año. El crecimiento de la actividad se situó en el 4,2%, una cifra que se sitúa cuatro décimas por encima de la media española, que es 1,3 puntos más elevada que la del conjunto de la Unión Europea y que se sustentó sobre un fuerte dinamismo del consumo y la inversión, la sensible recuperación de la industria y desaceleración de la construcción.