La sola idea de unos "derechos de los animales" destruye desde su raíz todo el Derecho, e introduce el peor de los virus conocidos contra la libertad, que es la arbitrariedad. Los animales no tienen derechos, no pueden tenerlos, del mismo modo que no pueden tener obligaciones, porque no son dueños de sus actos, y por lo tanto la noción de responsabilidad no les puede ser aplicada. (...) Otra cosa distinta es que los hombres tengamos obligaciones hacia los animales...