Imagine el impacto de ir a un concierto en términos ecológicos. Desde el papel que se ha usado para imprimir su entrada a los humos del jet en el que viajan las estrellas de rock. Sume los miles de desplazamientos del público (el 50% de lo que contamina un concierto), los decibelios, los focos, el plástico de los vasos de cerveza, el aluminio de las latas, el aire acondicionado...