Con profundo dolor les contamos que luego doce años de trabajo ininterrumpido y practicamente de sol a sol en la sala (donde ademas funciona una biblioteca, un cafe concert, una escuela de teatro para niños, adolescentes y adultos, grupos literarios, encuentros interdisciplinarios,ciclos, etc,etc.) hemos recibido el ultimatum: En diciembre se vence nuestro contrato y la propiedad se vende o se demuele. El Instituto Nacional de Teatro ofrece ayudarnos con un porcentaje de la compra, pero no alcanza.