Un equipo de investigadores norteamericanos, del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) ha encontrado la forma de producir en el laboratorio receptores olfativos. Los científicos consideran que el hallazgo podrá conducir a la creación de lo que ya denominan narices artificiales, unos artefactos que tendrían numerosas aplicaciones médicas y tecnológicas, entre ellas la detección de bombas puestas por terroristas o de drogas, especialmente en aeropuertos y fronteras.