Unas 40.000 personas participaron ayer en el acto más genuino del Carnaval de La Palma, una exageración caricaturesca, respetuosa e inteligente del isleño de éxito que regresa a su tierra tras hacer fortuna en Cuba. ¿Cómo se explica la risa, el llanto o el orgullo? Los Indianos, igual que todo sentimiento propio de un pueblo, son para vivirlos. Narrarlos cuesta, no se logra, nunca, reflejar con exactitud la vivencia del palmero y el foráneo en el acto más grande, ¡enorme!, del Carnaval en la Isla Bonita, aquella idiosincracia acorazada,