Hoy y desde 1993, es el día mundial del agua, recurso escaso donde los haya, gasolina primaveral que nuestras hormonas necesitan para dedicarse, ahora más que nunca, a la jodienda y a la parienda, incitadas como no, por el alargamiento de los días. Pero no nos engañemos, este imprescindible recurso no se reparte ni mucho menos de forma equitativa ni justa, no señor.