Todo empezó en julio pasado, en una discoteca de moda, con una bofetada. Una cosa llevó a la otra y en unos meses Oporto empezaba a parecerse a Chicago años veinte: bandas enfrentadas, coches derrapando, tres personas asesinadas a tiros y una más abatida con una metralleta. Ayer, la psicosis empezó a remitir: Bruno Pidá, el supuesto líder de la llamada Banda de Ribeira, y 10 personas más relacionadas con las mafias de la seguridad privada en la noche de Oporto fueron interrogados por la juez que está al frente de la operación Noite branca, con