Detrás de su mesita plegable y una pila de viejos teléfonos Motorola, Karsten Nohl y Sylvain Munaut desde su ordenador localizan un celular específico, siguen sus movimientos desde una distancia superior a 500 metros y guardan copias de las conversaciones hechas desde él. Nohl y Munaut, investigadores en seguridad de telecomunicaciones, han desarrollado este método económico y relativamente simple de interceptar llamadas. "Hace tiempo que estudiamos la tecnología GSM, se ha vuelto anacrónica en lo que respecta a seguridad y privacidad".