Estamos hiperestimulados e hiperconectados. Nuestra mente no deja de recibir y gestionar información constantemente y por eso nos cuesta concentrarnos en lo sencillo, en vivir el presente. Quizás por eso vivimos la era del mindfulness o la atención plena. Para algunos, solo una moda absurda, y para otros, una forma de empezar a plantearse este absurdo ritmo de vida.