Al indagar sobre éste o aquel hecho, el periodista debería ser conciente de su propia mediación. O sea, que es él con todo su bagaje el que está tratando de informar y que, por eso mismo, lo que llevará al tapete será una versión recortada de realidad, selección que se ejecutará en función de intereses propios o ajenos. De esta forma el que lee, ve o escucha comprenderá que no está viendo la realidad sino una parte de ella. Evitaríamos así esa pretensión (que es una petición de principio) de "esto es lo que Ud. tiene que saber...".