Con fines de exploración, para silenciar voces, para suicidarse y, también, para segar la vida de los condenados a muerte en algunos estados norteamericanos, el cianuro fue y es un arma de múltiples usos y delgados filos. Adolf Hitler y su lugarteniente Joseph Goebbels, Yiya Murano y el represor Héctor Febres; todos ellos, de alguno u otro modo, probaron las mieles de esta sustancia venenosa. Retazos históricos y datos científicos sobre un veneno tristemente célebre.