En temporada de dictadores que mueren o agonizan, es oportuno comentar que un tribunal de Etiopía ha declarado culpable de delito de genocidio a Mengistu Haile Mariam, cuyo régimen asesinó a miles de etíopes, incluido el último emperador, Haile Selassie, su Más Sublime Majestad, el León de Judá, que gobernó durante casi medio siglo con mano de hierro en una Etiopía destruida por el hambre y la pobreza.