Tantos testigos ahora, tanta gente que escuchó, tanta gente que vio, tanta gente que se asustó, y ninguna de esas personas presentó una denuncia. Ni los vecinos, que cuentan que eran constantes los gritos y golpes. Ni las hermanas de la supuesta víctima, que relatan episodios de violencia física muy graves. Ni los amigos, que ahora describen episodios claros de maltrato