Conceder créditos sobre la base de información incompleta o completa pero inadecuada, como los famosos préstamos a los NINJA (no income, no job, no assets o, lo que es lo mismo, a sujetos con una mano delante y otra detrás), podría parecer el summun de una cadena de despropósitos que ahora se quiere arreglar, -como siempre pagando justos por pecadores-, y que es consecuencia de un modelo de agencias, el norteamericano, carente, como se ha probado, de la mínima supervisión necesaria.