Brasil puede convertirse en un país clave para moderar y apadrinar el proceso de reformas que se han iniciado en la isla, aumentando así su influencia política en la región y en el mundo. Cuba, por su parte, además de mejorar considerablemente el estado de sus arcas, ve mejorada su imagen exterior; asunto que no es baladí, dado que la apertura comercial y el turismo siguen siendo claves para el futuro de la Revolución.