No bastaba ya que el grueso de la ciudadanía estuviera a expensas de la voluntad contratadora de los empresarios españoles, es que ahora el jefe de empresarios, un tal Díaz Ferrán, quiere bajar los salarios. (...) Sea como fuere, el caso es que nosotros, los perros supercivilizados que ladramos pero no mordemos, nos limitamos a soportar cada vez con menos dignidad, dicho sea de paso, al sistema, a la clase política y a tantos de los dueños y señores del siglo XXI.