En el sistema capitalista los medios de producción están, injustamente, en manos privadas. Los medios de producción de opinión, es decir los medios de comunicación, también. Y esas empresas, ese capital, tiene intereses en mantener un sistema económico como el actual, porque en el alternativo, el socialismo, sus intereses han de ser, como poco, radicalmente cercenados. Por tanto, ni el señor Roures y Mediapro, ni el señor Polanco y PRISA tienen el menor interés en erosionar, básicamente, al sistema.