Cada mes, cada trimestre, cuando salen las cifras del paro registrado en el Sexpe o la encuesta de población activa, la EPA, los periodistas nos aprestamos a ejercer el mismo ritual de siempre: recoger los datos, compararlos con el mes o el trimestre anterior, con el mismo periodo del año anterior, compararlos con el resto de comunidades autónomas y sacar conclusiones, buenas o malas según los indicadores.Confieso que me siento cansado de esa liturgia.