Todo aquel que haya caminado por las montañas habrá comprobado que las cosas que hay “abajo” no son las mismas que hay “arriba”, y que se pasa de valles de árboles frondosos a bosques con pinos, luego a arbustos pequeños y retorcidos, seguidos de praderas, piedras con líquenes, nieve. Aunque las formaciones concretas o el número de pisos bioclimáticos depende del lugar, este es un patrón general en todas partes.