A finales de los años 50, Kenneth y Mamie Clark, realizaron un sencillo experimento mostrándole un par de muñecos a los niños negros, los juguetes se diferenciaban sólo porque uno era blanco y el otro negro. El experimento terminó dando unos sopresivos resultados; los niños negros preferían los muñecos blancos que los negros, calificando a los primeros como “buenos y bonitos” y a los negros como “malos y feos”.