No hay negocio más seguro que el de la muerte. Quizás por ello, cada vez es más variada la oferta de servicios, a veces sofisticados, a veces extravagantes, y algunas veces, simplemente extraños. Custodia de ADN, ecocremación, diamantes a partir del cabello del finado, urnas ecológicas, catering... Las funerarias afinan su oferta.