Atlántropa, que así es como se llamaba el engendro, surgió en la mente del ingeniero alemán Herman Sörgel, aunque ya se había sugerido antes. Ríanse de la presa de las Tres Gargantas, el proyecto de Sörgel, que data de 1927. Primeramente el Estrecho de Gibraltar sería “rellenado” con una presa capaz de abrirse a voluntad al tráfico marítimo. Naturalmente, estaría repleta de turbinas para proveer de hidroelectricidad a media Europa y, además, serviría de puente para facilitar el tráfico entre los dos continentes.