El asesinato del general Yunes, jefe militar insurgente, abre brechas internas en la oposición a Gadafi y amenaza la imagen internacional del Gobierno rebelde. La familia amenaza con recurrir a los tribunales internacionales. "Y si nadie hace justicia, entonces será la tribu quien la haga".cuatro días después de la muerte de Yunes se registró en Bengasi un duro enfrentamiento, con armamento pesado, entre dos milicias, que duró ocho horas y dejó al menos una decena de muertos.