Tras el descubrimiento de los rayos X por Röntgen en 1895, la investigación en el área tuvo una época de intensa actividad. Uno de los investigadores que trabajaron en este campo fue René Blondlot, que en 1905 afirmó haber descubierto un nuevo tipo de radiación, a la que bautizó como rayos N. Estos rayos ofrecían curiosas características, como la de hacer brillar un filamento de sulfito de calcio tras ser refractados en un prisma de aluminio. La revista Nature era escéptica al respecto...