España redujo la cantidad de residuos urbanos generados por persona en 2011, pasando de 535 kilogramos al año del periodo precedente a 531, aunque se mantuvo por encima de la media comunitaria, que se situó en los 503 kilos, según los últimos datos de la oficina estadística comunitaria Eurostat. España fue el décimo país que más basura produjo. Los basureros siguieron siendo el destino de la mayoría de los desechos europeos (un 37 %), seguido por el reciclaje (25 %), la incineración (23 %) y el uso para la producción de abonos (15 %).