Durante más de 30 años nadie vinculó este asesinato con ETA. En 1992 el vicario de la diócesis de San Sebastián, José Antonio Pagola, citó en su libro 'Una ética para la paz' la posibilidad de que Urroz fuera la primera victima de ETA. Preguntado recientemente por su fuente, ha explicado que a él se «lo contó una catequista (…) vecina de la familia Urroz» y que por eso «yo decía que 'parece ser', es decir, que no lo daba por seguro porque no tenía más datos»(...)