El organigrama, de la nueva estructura de Gobierno, creada tras las elecciones generales del 9-M, ha crecido en seis nuevas secretarías de Estado, una docena de direcciones generales y varias subdirecciones. Además, cada secretaría de Estado arrastra, a su vez, al menos tres asesores ejecutivos así como el mayor gasto que acompaña a la figura de lo que en la práctica es un viceministro (coche oficial, secretaria...). Además de ello, cuenta con una indemnización para cuando termine su mandato.